El Senado de EE.UU. votó este miércoles para confirmar a la exrepresentante demócrata Tulsi Gabbard como directora de inteligencia nacional.
La votación salió 52 a 48, que en su mayoría respondieron a las líneas partidistas, aunque el senador republicano Mitch McConnell de Kentucky se unió a los demócratas para oponerse a la confirmación.
Gabbard, una de las elecciones más controversiales del presidente Donald Trump, enfrentó las preocupaciones de varios senadores republicanos por su falta de apoyo a Ucrania; su posición cambiante sobre la Sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, una herramienta clave de vigilancia y seguridad; su reunión de 2017 con el expresidente de Siria Bashar al-Assad; y su apoyo pasado a Edward Snowden.
Sin embargo, senadores republicanos clave, entre ellos Susan Collins de Maine, Lisa Murkowski de Alaska y Todd Young de Indiana, finalmente decidieron respaldar su confirmación.
El lunes por la noche, Murkowski reconoció en una declaración que todavía tenía “inquietudes sobre ciertas posiciones que (Gabbard) ha tomado anteriormente”, pero agregó que Gabbard “aporta pensamiento independiente y la supervisión necesaria a su nuevo rol”.
El líder de la mayoría del Senado, John Thune, defendió la designación de Gabbard en un discurso que pronunció en el pleno del Senado el lunes por la tarde, en el que destacó su servicio militar y se enfocó en su promesa de “adaptar” la Oficina del Director de Inteligencia Nacional. “Me alegra que la Sra. Gabbard planee centrarse en identificar y eliminar redundancias e ineficiencias para restaurar la oficina a lo que originalmente fue diseñada para ser”, afirmó.
También dijo que estaba “contento de escuchar” a Gabbard referirse a la Sección 702 de la FISA como esencial, después de que Gabbard pareciera ir y venir sobre su posición sobre el tema.
Gabbard es la decimocuarta designación de Trump en ser confirmada desde el 20 de enero.
Su confirmación fue un cambio radical para una designación que, desde el principio, ha sido una de las más divisivas para Trump. Gabbard, excongresista demócrata por Hawai, fue objeto de escrutinio por parte de los legisladores de la Comisión de Inteligencia del Senado por sus opiniones sobre la vigilancia y una serie de reuniones controvertidas que mantuvo en Líbano y Siria en 2017, incluso con el entonces presidente Assad.
En una polémica audiencia, ante el persistente interrogatorio de los legisladores republicanos y demócratas del Comisión de Inteligencia del Senado, ella se negó a aclarar si ahora creía que las acciones de Snowden eran traicioneras.
Esas reiteradas maniobras parecieron poner en peligro su ya complicada designación a la comisión, donde no podía permitirse perder ni un solo voto republicano, pese a que había conseguido el respaldo del presidente de la comisión, el senador Tom Cotton, republicano de Arkansas. Aunque ningún republicano se opuso públicamente a ella, varios expresaron dudas.
“Me preocupa lo que escucho de algunos de mis colegas republicanos. Me preocupa que su nominación pueda estar en peligro”, dijo el senador republicano Josh Hawley de Missouri al programa “Jesse Watters Primetime” de Fox News en ese momento.
Sin embargo, después de una serie de reuniones a puertas cerradas, Gabbard pareció tranquilizar a los miembros recelosos y su nominación fue aprobada por la comisión mediante una votación partidaria.
Ese aparente cambio se produjo en medio de lo que parecía ser un giro radical de postura por parte de Gabbard respecto de una autoridad clave de vigilancia gubernamental que en su momento intentó desmantelar. Sus opiniones sobre la Sección 702 de la FISA —ampliamente apoyadas por los miembros de la Comisión de Inteligencia— fueron un punto clave en su designación.
En diciembre de 2020, poco antes de dejar el Congreso, Gabbard presentó una legislación que derogaría la Ley Patriota y la Sección 702.
Pero cuando quedó claro que su postura sobre la Sección 702 podría poner en peligro su designación, Gabbard intentó en reiteradas ocasiones asegurar a los legisladores que ahora apoyaba la ley.
Gabbard dijo durante su audiencia de confirmación que se habían hecho reformas a la ley desde su época en el Congreso que la habían llevado a apoyar la ley; el vicepresidente de la comisión, Mark Warner, demócrata de Virginia, la presionó: “¿Qué reformas?”
“Hay una serie de reformas”, dijo. Warner señaló que después de que las reformas ya se habían convertido en ley, le dijo al podcaster Joe Rogan que las reformas habían “empeorado” la ley.
En un momento dado, el senador republicano John Cornyn de Texas pareció interrogarla públicamente sobre su comprensión básica de la Sección 702; múltiples fuentes familiarizadas con sus reuniones a puertas cerradas con legisladores antes de su confirmación dijeron que algunos senadores dijeron que parecía estar confundiendo la Sección 702 y otra parte de la FISA, el Título I, que se utilizó para vigilar al asistente de campaña de Trump, Carter Page, lo que generó dudas sobre si entendía el funcionamiento de una de las autoridades de vigilancia más importantes del gobierno.
Pero en reuniones a puertas cerradas después de la audiencia, finalmente logró satisfacer a los miembros del Partido Republicano, que votaron por ella. El senador republicano James Lankford de Oklahoma citó específicamente las respuestas posteriores que ella le dio sobre su posición en la Sección 702 como el factor que le había hecho validar el voto.
La confirmación de Gabbard la convertiría en la funcionaria más antiespionaje que ha liderado la comunidad de inteligencia en la era posterior al 11 de septiembre. Su animadversión previa hacia lo que ella ha descrito como el “estado de seguridad nacional y sus amigos belicistas”, empeñados en usar la Ley de Espionaje y otras herramientas para castigar a sus enemigos, ha suscitado dudas sobre si podría intentar reformular las reglas con las que las agencias de inteligencia estadounidenses han estado recopilando, buscando y utilizando información durante décadas.
El senador republicano Mitch McConnell, después de votar en contra de la nominación de Tulsi Gabbard para ser directora de inteligencia nacional, dijo que no votó por ella porque tiene “un historial de alarmantes lapsus de juicio”.
“La nación no debería tener que preocuparse de que las evaluaciones de inteligencia que recibe el presidente estén contaminadas por un director de inteligencia nacional con un historial de alarmantes lapsus de juicio”, dijo McConnell en una declaración.
El ex líder de la mayoría del Senado describió las responsabilidades clave del director de inteligencia nacional, incluida la gestión de los secretos de la nación.
McConnell dijo que sentía que Gabbard “no demostró que está preparada para asumir esta tremenda confianza nacional”.
“A partir de hoy, los valientes hombres y mujeres de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos recurrirán a la directora Gabbard en busca de un liderazgo basado en principios y un juicio más sólido al servicio de los intereses de Estados Unidos y la seguridad nacional. Me uno a todos ellos en la esperanza de que esté a la altura de las inmensas responsabilidades de su cargo”, dijo McConnell en la declaración.
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