
El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Denver anunció este martes la captura de Rafael Cabrera-Barron, de 32 años, un inmigrante mexicano previamente deportado en dos ocasiones. Su historial delictivo incluye una condena por agresión sexual a un menor y cargos pendientes por allanamiento de morada, maltrato infantil y posesión de sustancias controladas.
El arresto, realizado el 25 de marzo, marca otro caso de criminales extranjeros reincidentes que continúan representando una amenaza para la comunidad. Cabrera-Barron permanecerá bajo custodia de ICE mientras se procesa su deportación definitiva.
Según los registros, Cabrera-Barron no solo tiene antecedentes penales graves, sino que también enfrenta nuevas acusaciones:
- Agresión sexual a un menor (condena previa)
- Allanamiento de morada (cargo pendiente)
- Maltrato infantil (cargo pendiente)
- Posesión de drogas (cargo pendiente)
¿Por qué siguen liberando criminales con historial violento?
Aunque ICE ha intensificado las redadas contra inmigrantes con antecedentes penales, casos como el de Cabrera-Barron plantean preguntas incómodas:
- ¿Fallas en la coordinación entre autoridades locales y federales?
- ¿Por qué no se prioriza la deportación inmediata de convictos por delitos graves?
El arresto de Cabrera-Barron no es un caso aislado. Refleja un problema sistémico en la gestión de inmigrantes con historial delictivo.