
Uber podría dejar de operar en Colorado si se aprueba un proyecto de ley que impone requisitos más estrictos a las plataformas de viajes compartidos, incluyendo cámaras en vehículos y prohibiciones para conductores que consuman marihuana. La empresa asegura que la normativa es “imposible de cumplir”, mientras legisladores defienden que es necesaria para proteger a los pasajeros.
La batalla entre Uber y el estado de Colorado se intensifica: la compañía advirtió que podría retirarse del mercado estatal si se aprueba el House Bill 1291, una propuesta que busca reforzar la seguridad en los viajes compartidos con medidas como cámaras obligatorias, grabaciones de audio durante los trayectos y la prohibición de conducir bajo efectos de la marihuana. Aunque Uber afirma estar a favor de mejorar las condiciones para pasajeros y conductores, insiste en que el texto actual es “inviable” y generaría costos legales y operativos insostenibles.
“El problema no es la seguridad, sino que la ley nos obligaría a asumir responsabilidades imposibles de controlar”, explicó Adam Blinick, portavoz de Uber, quien agregó que la normativa pondría en riesgo “decenas de miles de empleos” y dejaría sin transporte a cientos de miles de usuarios. Entre los puntos más polémicos está la posible responsabilidad legal por acciones menores de los conductores, como ofrecer agua a un pasajero. Para el analista jurídico Christopher Decker, el conflicto radica en que la ley “abre la puerta a demandas millonarias contra las empresas”.
Del otro lado está la representante Jenny Willford, impulsora del proyecto tras denunciar que fue agredida sexualmente por un conductor de Lyft en 2024. “Esto es personal. Uber y Lyft tienen un problema sistémico de seguridad”, afirmó Willford, quien aseguró que se hicieron ajustes al texto para escuchar a las empresas, pero calificó la amenaza de Uber como una “sorpresa”. Lyft, aunque crítico, evitó hablar de una salida y se limitó a decir que la implementación sería “complicada”.
Mientras legisladores se preparan para una nueva votación en las próximas semanas, los usuarios están divididos: algunos exigen mayor protección, especialmente mujeres que han sufrido acoso, mientras otros temen quedarse sin una opción de transporte accesible. Con solo dos semanas restantes en la sesión legislativa, el destino del rideshare en Colorado pende de un hilo.
El debate refleja un dilema más amplio: cómo equilibrar innovación tecnológica con protección al consumidor. Si Uber cumple su amenaza, Colorado se convertiría en el primer estado en décadas en quedarse sin el gigante del rideshare, un escenario que podría animar a otros territorios a revisar sus propias regulaciones. Mientras tanto, conductores como María González, quien depende de la app para mantener a su familia, esperan que “no se llegue a extremos”.