
Denver, CO – En una votación dividida que refleja la tensión entre las necesidades presupuestarias y las demandas comunitarias, la Junta de Educación de las Escuelas Públicas de Denver (DPS) aprobó este jueves una pausa de cuatro años en el cierre de escuelas. Esta decisión llega en un momento crítico, cuando un informe reciente advierte que el distrito, el más grande de Colorado, podría verse obligado a cerrar más planteles para 2030 debido a la caída sostenida en la matrícula estudiantil.
La medida, respaldada por un margen ajustado de 4-2, marca un giro significativo en la política educativa local. Mientras algunos miembros de la junta argumentan que es una respuesta necesaria a las demandas de padres y maestros, otros la califican como una “falsa promesa” que podría agravar los problemas financieros del distrito.
Una pausa necesaria o un riesgo para el futuro?
La presidenta de la junta, Carrie Olson, admitió durante la reunión que, tarde o temprano, el distrito tendrá que cerrar más escuelas. “Sé que vamos a tener que cerrar escuelas en los próximos cinco años”, reconoció. Sin embargo, Olson y otros directores que apoyaron la medida insisten en que las comunidades afectadas merecen un respiro después de años de incertidumbre.
“Querían tiempo para construir su comunidad”, explicó Olson en una entrevista. “Las escuelas rediseñadas también pidieron garantías de que no las cerraríamos de inmediato, dándoles la oportunidad de adaptarse a sus nuevos modelos educativos”.
El director Scott Esserman respaldó esta visión, afirmando que la pausa busca “reducir el estrés general y generar confianza en la comunidad”. No obstante, la vicepresidenta Marlene De La Rosa se mostró en desacuerdo, tachando la medida de “irresponsable”.
“Esperar otros cuatro años tendría un impacto increíble en la calidad de la educación que brindamos”, advirtió De La Rosa. “Es una falsa promesa que sabemos que no podemos cumplir”.
El fantasma de la disminución de matrícula
El debate no surge en el vacío. Las Escuelas Públicas de Denver enfrentan una crisis demográfica: aunque la matrícula actual ronda los 90,450 estudiantes —un leve repunte debido a la llegada de niños inmigrantes—, sigue estando por debajo del pico de 92,112 alumnos registrado hace cinco años.
Un informe publicado la semana pasada proyecta que, para 2029, la inscripción caerá un 8%, lo que equivale a 6,005 estudiantes menos. Las zonas más afectadas serían el noroeste, suroeste y centro de la ciudad, donde el cierre de escuelas parece inevitable.
Durante la reunión, De La Rosa interrogó al superintendente Alex Marrero sobre el posible impacto de retrasar los cierres. “¿Necesitaremos cerrar más de 10 escuelas si esperamos hasta 2029?”, preguntó. La respuesta de Marrero fue contundente: “Yo diría que sí”.
Gentrificación y cambios demográficos
El fenómeno no es exclusivo de Denver. La gentrificación y el aumento en los precios de la vivienda han desplazado a muchas familias, alterando la distribución geográfica de los estudiantes. Mientras el extremo noreste de la ciudad experimenta un crecimiento en la matrícula, el noroeste enfrenta un declive pronunciado.
Esta transformación también ha modificado el perfil socioeconómico del distrito, que se vuelve cada vez más blanco y con mayor poder adquisitivo. “Sabemos que es un tema inminente”, admitió la concejala Xóchitl “Sochi” Gaytán, aunque defendió la pausa como un “tiempo necesario para sanar”.
¿Qué pasa con las escuelas de bajo rendimiento?
Aunque la nueva política impide cierres por baja matrícula hasta 2029, Marrero conserva la facultad de cerrar escuelas por bajo rendimiento académico a partir de 2026. Esta excepción ha generado preocupación entre algunos educadores, quienes temen que se utilice como un atajo para eludir la moratoria.
El miembro de la junta John Youngquist, quien votó en contra de una pausa similar en mayo, argumentó que la medida limita innecesariamente al superintendente. “Confío en que él y su equipo pueden manejar estos cierres de manera efectiva año tras año”, sostuvo.
Un respiro para las comunidades
Para muchos padres, como Diana Kessel, cuya hija asiste a la Escuela Primaria Palmer (una de las siete cerradas este año), la decisión es un alivio temporal. “Necesitamos estabilidad”, declaró Kessel durante una sesión pública. “Nuestros hijos merecen saber que su escuela no desaparecerá de un día para otro”.
Mientras tanto, el distrito ya ha comenzado a reestructurar tres planteles adicionales —DCIS Baker 6-12, Dora Moore ECE-8 y Kunsmiller Creative Arts Academy— como parte de un plan para optimizar recursos.
El futuro de la educación en Denver
La pausa en los cierres no resuelve el problema de fondo: la disminución de estudiantes es una tendencia estatal. Distritos como Jeffco y Douglas County ya han cerrado escuelas en respuesta a esta realidad.