
Aurora, Colorado — Un jurado declaró este lunes a Orest Schur, de 29 años, culpable de asesinato en segundo grado y intento de asesinato en segundo grado, marcando el cierre de un caso que ha generado controversia desde el fatídico incidente ocurrido en el verano de 2023.
El veredicto representa un paso atrás respecto a los cargos originales —asesinato en primer grado e intento de asesinato en primer grado—, pero confirma la responsabilidad penal de Schur en la muerte de un adolescente y el intento de homicidio de otro, en un episodio que comenzó como un presunto intento de robo vehicular.
Los hechos que conmocionaron a Aurora
El 6 de julio de 2023, Schur se encontró en medio de una situación violenta cuando, según los informes policiales, dos adolescentes intentaron forzar su vehículo estacionado en Aurora. En lugar de llamar a las autoridades, Schur tomó la justicia por su propia mano: persiguió a los jóvenes y disparó contra ellos, hiriendo mortalmente a uno y dejando al otro con lesiones graves.
Las autoridades llegaron al lugar tras múltiples reportes de disparos, encontrando a las víctimas en estado crítico. Aunque inicialmente Schur argumentó legítima defensa, la fiscalía presentó pruebas que cuestionaron la proporcionalidad de su reacción, especialmente considerando que los adolescentes no portaban armas y se encontraban en retirada al momento de los disparos.
Un juicio cargado de emociones
Durante el proceso judicial, familiares de las víctimas describieron a los adolescentes como jóvenes con problemas pero sin historial violento, mientras que la defensa de Schur insistió en que su cliente actuó bajo el pánico de un posible robo. Sin embargo, el jurado determinó que sus acciones excedieron los límites de la defensa propia, optando por una condena por homicidio culposo en lugar de premeditado.
“Nada justifica quitarle la vida a un menor, especialmente cuando no había una amenaza inminente”, declaró un familiar de una de las víctimas fuera de la corte.
¿Qué sigue para Schur?
El ahora condenado enfrentará su sentencia el 15 de agosto, donde podría recibir una pena de entre 16 y 48 años de prisión, dependiendo de la consideración del juez. Mientras tanto, la familia de las víctimas espera que este veredicto siente un precedente contra la violencia con armas de fuego en situaciones no confrontacionales.
“Esto no devolverá a nuestro hijo, pero al menos sabemos que hubo justicia”, concluyó una de las madres entre lágrimas.