Qué cambios hace la reforma laboral en Colombia y qué implica esto para Petro en su último año de gobiernoEricks Webs DesignEricks Webs Design

En medio de tensiones políticas y luego de más de un año de debate, el Senado de Colombia aprobó la reforma laboral con 57 votos a favor y 31 en contra. El proyecto, que ahora pasará a una etapa de conciliación con la Cámara de Representantes, incluye artículos clave sobre el pago de recargos nocturnos y jornada de las trabajadoras domésticas.

La reforma, que había generado tensiones con el Poder Legislativo y que Petro incluso planteó someter a consulta popular y firmó un decreto para convocarla, ahora avanza hacia su promulgación.

Estas son las principales medidas aprobadas, según lo destacado por el Senado:

• Aumento del recargo dominical y festivo: será del 80 % en 2025, del 90 % en 2026 y del 100 % en 2027.
• Recargo nocturno: comenzará a aplicarse desde las 7:00 p. m., seis meses después de expedida la ley.
• Jornada flexible: se eliminó el parágrafo del artículo 12 que proponía jornadas 4×3 (cuatro días de trabajo por tres de descanso). Se mantiene la posibilidad de que empleador y trabajador acuerden jornadas diarias flexibles, distribuidas en un máximo de seis días a la semana, con un día obligatorio de descanso.
• Contrato de aprendizaje del SENA: se definió como contrato laboral. Los aprendices recibirán el 75 % de un salario mínimo en la etapa lectiva y el 100 % en la etapa práctica. También tendrán derecho a prestaciones como salud, pensión, ARL, primas y vacaciones. Se estableció una multa de 1,5 salarios mínimos mensuales por aprendiz no contratado.
• Madres comunitarias y sustitutas: se aprobó su vinculación laboral formal, que entrará en vigor 12 meses después de sancionada la ley. Perderán los subsidios actuales al formalizarse su vínculo laboral.
• Pago por horas: los artículos 37 y 38, que regulaban el pago de trabajo por horas y la figura de unidad de trabajo especial, fueron eliminados tras una segunda votación que los dejó fuera del articulado.

Además, la reforma establece que la jornada de las trabajadoras domésticas será de ocho horas y que las empresas deberán contratar al menos a dos personas con discapacidad por cada 100 empleados.

Como ya había sido aprobada por la Cámara de Representantes, la reforma pasará ahora a una revisión técnica final antes de ser promulgada.

Aunque la reforma laboral propuesta por el Gobierno fue aprobada por el Senado, para el analista político Pedro Viveros no se trata de una victoria para el presidente Gustavo Petro. Según Viveros, el mandatario perdió la oportunidad de consolidarse como el gran impulsor de la reforma al insistir en una propuesta “maximalista y poco realista” tanto para los trabajadores como para los empresarios.

“El presidente —y su Gobierno— perdió la oportunidad de ser el ganador de la reforma laboral en Colombia”, dijo Viveros. “Y la perdió por tratar de quedarse con todo el juego en la mesa”, señaló, en referencia a la versión de la reforma aprobada anteriormente por la Cámara, con la que el Ejecutivo buscaba avanzar sin modificaciones sustanciales.

Pero en el Senado, el panorama fue distinto. “Le dijeron: podemos hacer una reforma, pero no idéntica. Hay puntos en los que no estamos de acuerdo, como el pago por horas”, explicó Viveros. Para el analista, una de las razones de fondo fue el impacto económico que algunas de las propuestas tendrían sobre los empleadores: “A la gente se le olvida que cualquier peso exagerado y no justo que le toque pagar a un empresario puede implicar eliminar un puesto o aumentar el valor de un producto”.

El Gobierno también intentó forzar al Congreso lanzando la idea de una consulta popular, pero esa jugada no surtió efecto. “El presidente soltó la bomba de la consulta popular para presionar al Senado y ellos le respondieron: la consulta no va, y tampoco va la reforma como usted la plantea. Hay que sentarse a conversar con todos, porque Colombia no es de una sola visión”, señaló el analista. “Ese fue el mensaje del Senado”.

En ese sentido, Viveros considera que, aunque hubo reforma, no fue la que quería el Gobierno. “Se sentaron a sacar una reforma consensuada en el Congreso y, hacia afuera, el presidente quedó como alguien que no logró ganar con todo lo que quería”, apuntó. “Aquí el ganador fue el Senado, porque frenó la consulta y obligó al Gobierno a negociar”.

Sobre la posibilidad de que la consulta popular continúe, Viveros señala que “nunca va a ser viable como la planteó el Gobierno porque el Senado ya se la negó”. Además, considera que la aprobación de la reforma deja en evidencia que no era necesario recurrir a una consulta, pues “el Congreso sí estaba dispuesto a negociar y sacar adelante una propuesta consensuada”.

El contexto laboral del país plantea varios desafíos. Según el informe más reciente del DANE, el 56,8 % de los trabajadores del país —unos 13,3 millones de personas— están en la informalidad, de un total de 23,5 millones de ocupados. Esta cifra pone en duda el alcance real de la reforma, que fue concebida principalmente para el trabajo formal.

Sobre esto, Pedro Viveros advierte que, aunque la reforma puede ofrecer mayores protecciones, su efecto será limitado si no se aborda la informalidad: “A los formales les podría ir bien, pero esto también afecta el mercado, la sociedad y la economía. Habrá que ver qué impacto tiene en el manejo de los negocios del país”, concluyó.

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