La esposa del acusado por el ataque terrorista en Boulder rompe su silencioEricks Webs DesignEricks Webs Design

DENVER — En un testimonio desgarrador, Hayam El Gamal, esposa de Mohamed Sabry Farag Soliman, el hombre acusado de lanzar cócteles molotov contra manifestantes en Boulder, Colorado, habló por primera vez desde su detención. A través de su abogado, Eric Lee, El Gamal describió las condiciones inhumanas que ella y sus cinco hijos enfrentan en un centro de detención migratoria en Texas, mientras su esposo enfrenta más de 100 cargos estatales y un delito federal de odio.

El Gamal, de 41 años, relató cómo su vida y la de sus hijos cambiaron para siempre tras el ataque del 1 de junio en el Pearl Street Mall. “Mis cinco hijos y yo estamos en total shock por lo que dicen que hizo mi esposo en Boulder”, comenzó su declaración. “Nunca hay excusa para lastimar a personas inocentes. Cooperamos con las autoridades y enviamos amor a las familias afectadas”.

Sin embargo, días después del incidente, agentes de ICE (Immigration and Customs Enforcement) arrestaron a la familia en medio de la noche y los trasladaron a un centro de procesamiento migratorio en Dilley, Texas. “Nos llevaron como criminales, sin explicaciones”, dijo. Entre los detenidos están sus gemelos de cuatro años, un niño de siete, una adolescente de quince y su hija mayor, quien cumplió 18 años encerrada.

Condiciones inhumanas en el centro de detención

El Gamal detalló el trato inhumano que reciben: “Nos tratan como animales. Los guardias nos dicen que estamos siendo castigados por lo que mi esposo supuestamente hizo. Pero, ¿por qué castigar a mis hijos pequeños? ¿Por qué castigarnos a nosotros, que no hicimos nada malo?”.

La madre describió un ambiente de terror dentro de la instalación: sus hijos lloran constantemente, no pueden dormir y han sido testigos de cómo los guardias maltratan a otros detenidos. “Aquí no puedes ser humano. Te despiertan de madrugada, la comida es incomible y vives bajo vigilancia constante”, escribió.

La familia llegó a EE.UU. en 2022 con visas de turismo (B2) y solicitó asilo, pero su estatus migratorio quedó en limbo. El Gamal, ingeniera de redes con una visa EB2 pendiente, destacó sus esfuerzos por integrarse: aprendieron inglés, trabajaron legalmente y hasta enseñaron el idioma a otros migrantes. Su hija mayor, con un GPA de 4.5, soñaba con estudiar medicina.

“Mis hijos solo quieren volver a la escuela, ver a sus amigos y superar este dolor”, imploró. “Pero aquí no hay esperanza. ¿Hasta cuándo el daño a mis hijos será irreversible?”.

La mujer cerró su mensaje con un llamado desesperado: “Le pido al pueblo estadounidense que escuche nuestra historia y nos ayude. Ya no sé cuánto más podré mantenerme fuerte”.

¿Qué sigue para la familia?

Un juez federal extendió una orden de restricción temporal que evita su deportación, pero su futuro sigue en manos del sistema migratorio cada vez más restrictivo. Mientras, las autoridades no han presentado cargos contra El Gamal o sus hijos, pero su detención continúa.