ANÁLISIS | A medida que se liberan los primeros rehenes israelíes, Hamas envía un mensaje: está lejos de ser destruidoEricks Webs DesignEricks Webs Design

La guerra más larga de Israel hasta ahora no ha logrado destruir a su principal enemigo, Hamas, que, a pesar de sufrir pérdidas devastadoras, presenta el acuerdo de cese del fuego en Gaza como una victoria para sí mismo y un fracaso para Israel.

Poco después de que entrara en vigor un alto el fuego este domingo, hombres armados enmascarados aparecieron en vehículos recorriendo las calles devastadas de Gaza en celebración. Miembros de una unidad de élite vestían su uniforme completo en la Plaza Al Saraya en la Ciudad de Gaza durante la transferencia de rehenes. Fue un recordatorio de Hamas de que su ala armada todavía estaba aquí 15 meses después de que Israel se propusiera destruirlos.

Uno de los principales objetivos de Hamas al tomar 250 rehenes durante su ataque del 7 de octubre de 2023 a Israel fue asegurar la liberación de prisioneros palestinos en cárceles israelíes. Mientras Israel bombardeaba Gaza en respuesta, Hamas prometió no devolver a los rehenes hasta que Israel retirara sus fuerzas del enclave, terminara permanentemente la guerra y permitiera la reconstrucción.

Después de más de un año de combates, Hamas e Israel alcanzaron en los últimos días un acuerdo por fases que verá la liberación de rehenes a cambio de prisioneros palestinos, además de un alto el fuego de 42 días y la entrada de ayuda. El acuerdo también abre la puerta a nuevas negociaciones que podrían llevar a una retirada total de Israel de Gaza y un alto el fuego permanente.

“(El acuerdo) logra todas estas condiciones… la resistencia ha logrado lo que el pueblo palestino quiere”, dijo el alto miembro político de Hamas, Osama Hamdan, a Al Jazeera después de que se alcanzara un acuerdo.

Khalil Al Hayya, el principal negociador de Hamas, dijo en un discurso el miércoles que Israel no había logrado sus objetivos de guerra y elogió al ala armada del grupo exremista, las Brigadas Al Qassam, cuyo portavoz Abu Obaida calificó la guerra en Gaza como una “inspiración” para las generaciones venideras. El principal objetivo de Israel en el conflicto es eliminar a Hamas.

Algunos ministros israelíes, legisladores e incluso una pequeña minoría de familias de rehenes ven la aceptación de un acuerdo como una derrota israelí. El ministro de ultraderecha Itamar Ben Gvir y su partido renunciaron al gobierno y a la Knesset (parlamento), y calificaron el cese del fuego como una “rendición”. Su compañero de derecha, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich, la calificó de “catastrófica” y un grupo de reservistas del Ejército la etiquetó como “El Acuerdo de Rendición”.

“Cuando ves… el baile en Gaza, las celebraciones en las aldeas de Judea y Samaria, entiendes qué lado se rindió en este acuerdo”, dijo Ben Gvir en un comunicado este jueves. Judea y Samaria es como Israel llama a la Ribera Occidental.

Sin embargo, la mayoría en Israel ha dado la bienvenida al acuerdo, incluidas la mayoría de las familias de los rehenes, el presidente de Israel, Isaac Herzog, y la oposición política. La oficina de Netanyahu dijo después de que el gabinete de seguridad aprobara el acuerdo que el primer ministro aún “apoya el logro de los objetivos de la guerra”.

Una fuente familiarizada con el asunto dijo a CNN que Netanyahu dijo a los ministros que Estados Unidos ha proporcionado garantías “de que si Hamas sabotea una cierta etapa del acuerdo, Israel puede reanudar los combates”.

La respuesta de Israel a Hamas por el ataque del 7 de octubre fue intensa. Aplastó Gaza bajo la campaña de bombardeo más severa en la historia del enclave, matando a decenas de miles de palestinos y desplazando a cientos de miles más, muchos de los cuales se vieron obligados a vivir en tiendas de campaña con poca comida y atención médica inadecuada.

Israel también infligió grandes pérdidas a Hamas, matando a su liderazgo superior, incluido el cerebro del ataque del 7 de octubre, Yahya Sinwar, y afirmó haber matado a miles de combatientes del grupo. Fue implacable en erradicar a los militantes que resurgían en vecindarios previamente despejados, todo mientras luchaba y, finalmente, derrotaba a Hezbollah del Líbano en el norte, que había abierto un nuevo frente contra Israel en apoyo de Gaza.

El Hamas que una vez tuvo control militar y político de Gaza se ha reducido a una fracción de su antiguo ser después de la campaña de 15 meses de Israel, y con el debilitamiento significativo de sus aliados regionales Hezbollah e Irán, el grupo se ha vuelto regionalmente aislado.

Sin embargo, el movimiento continúa presentándose a los palestinos como el grupo de resistencia armada más formidable contra Israel, al reponer sus filas con la reclutación de casi tantos nuevos militantes como los que ha perdido.

“Cada vez que Israel completa sus operaciones militares y se retira, los militantes de Hamas se reagrupan y reaparecen porque no hay nada más que llene el vacío”, dijo recientemente el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en declaraciones al Atlantic Council.

“De hecho, evaluamos que Hamas ha reclutado casi tantos nuevos militantes como ha perdido. Esa es una receta para una insurgencia duradera y una guerra perpetua”.

Tahani Mustafa, analista senior del International Crisis Group (ICG), argumenta que el sufrimiento infligido a los palestinos de Gaza por la guerra de Israel crea un terreno fértil para el reclutamiento.

“Puedes ver un aumento en el reclutamiento precisamente porque cuando hay ocupación y violencia puedes encontrar relevancia allí”, dijo a CNN. “¿Cómo puedes esperar que segmentos enteros de la población de Gaza que han perdido todo simplemente lo acepten? Es una guerra por la supervivencia. Grupos como Hamas proporcionan (a los palestinos) los medios para hacerlo”.

En sus comentarios al Atlantic Council, Blinken dijo que Estados Unidos enfatizó al gobierno israelí “que Hamas no puede ser derrotado solo por una campaña militar, que sin una alternativa clara, un plan post-conflicto y un ascenso político creíble para los palestinos, Hamas o algo igualmente aborrecible y peligroso volverá a crecer”.

La gobernanza de Gaza después de la guerra sigue sin abordarse, posiblemente debido al escepticismo sobre si el acuerdo de alto el fuego progresará más allá de la fase inicial. El objetivo final de la guerra de Israel es la destrucción completa de Hamas. Pero Hamas parece despreocupado, al sugerir que sus cuadros jugarán un papel en la reconstrucción del enclave devastado. “Toda la población, y la resistencia como parte de ella, comenzará a reconstruir lo que la ocupación ha destruido”, dijo Hamdan del grupo extremista a Al Jazeera.

Hamdan sostuvo que independientemente del resultado, el día después para Gaza seguirá siendo similar al día anterior.

“El día después, es como hoy, es como el día anterior… será un día palestino”, dijo Hamdan.

Aunque Hamas puede reclamar una victoria, no ha logrado obligar a Israel a levantar el asedio paralizante sobre Gaza y ha presidido ataques israelíes que mataron a decenas de miles de civiles palestinos e hicieron que Gaza fuera inhabitable. El ataque del 7 de octubre y la guerra que desencadenó han tenido un efecto dominó, al alterar significativamente el equilibrio de poder regional y remodelar fundamentalmente la región.

Hamas no ve su supervivencia como un objetivo en esta guerra, pero para Israel, la mera supervivencia del grupo puede considerarse una “derrota”, afirmó Mustafa del ICG.

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