España, el paraíso para turistas donde a sus ciudadanos les cuesta mucho tener casaEricks Webs DesignEricks Webs Design

Conseguir una vivienda en España se ha convertido en un desafío. Los precios de los inmuebles han alcanzado niveles que ponen en jaque a muchas familias. Mientras tanto, cada año llegan más turistas al país, lo que parece ser un factor determinante que tensa más una situación que se volvió crisis: a los españoles cada vez les cuesta más tener un hogar.

La masificación del turismo, considerado el principal motor económico de España, junto con el fenómeno de la gentrificación y la preferencia de muchos propietarios por los lucrativos alquileres turísticos de corto plazo, han disparado los precios del mercado inmobiliario.

España ha batido un nuevo récord de turismo internacional en 2024, con cerca de 94 millones de visitantes extranjeros a lo largo de los últimos 12 meses, según datos preliminares del Ministerio de Industria y Turismo, en colaboración con Turespaña.

El aumento representa un crecimiento del 10% en comparación con 2023, cuando el país recibió aproximadamente 85 millones de turistas internacionales. Pero ese aumento de visitantes justamente ha causado reclamos de manifestantes por la proliferación de los pisos turísticos y de temporada y el encarecimiento derivado de los precios de compra y alquiler en medio de una alta demanda.

Este escenario ha desembocado en una profunda crisis habitacional que afecta a un creciente número de personas, especialmente en los grandes núcleos urbanos y destinos turísticos más demandados.

Según Ángel Muñiz, profesor de Economía de la Universidad Europea, el desequilibrio entre oferta y demanda es el origen del problema. Hay una demanda mucho mayor que la oferta, especialmente en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona, explica Muñiz, donde se concentran las oportunidades laborales y gran parte de la inmigración.

Desde 2015 hasta 2023, el precio de compra de viviendas ha aumentado un 47%, según el Instituto Nacional de Estadística. En el caso de los alquileres, el panorama es aún más crítico: el precio por metro cuadrado ha subido un 85% a nivel nacional durante la última década, de acuerdo con datos del portal inmobiliario Idealista.

El precio de la vivienda en España registró un incremento del 8,1% interanual en el tercer trimestre de 2024, marcando su mayor subida en dos años y medio, desde inicios de 2022. Este aumento prolonga una tendencia alcista que ya acumula 42 trimestres consecutivos, iniciada en 2014, según datos del INE.

La presión sobre los hogares de menor renta es particularmente alarmante. Un informe reciente revela que el 20% de estas familias destinan más del 70% de sus ingresos al pago de un alquiler, una cifra que refleja la gravedad de la crisis habitacional y las dificultades económicas que enfrenta un sector importante de la población.

Frente a esta situación, el Gobierno español ha propuesto un paquete de doce medidas para afrontar la crisis habitacional. Entre ellas destacan el aumento de la construcción de viviendas públicas, incentivos fiscales para propietarios que ofrezcan alquileres a largo plazo, mayores impuestos para pisos turísticos (hasta un 100%) y restricciones para la compra de inmuebles por parte de extranjeros no residentes en la Unión Europea.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió estas medidas y afirmó que los impuestos elevados a los alquileres de corta duración buscan que “paguen impuestos como deben, como un negocio”. Sánchez también destacó la proliferación de apartamentos turísticos en zonas costeras y grandes ciudades como Barcelona y Madrid, enfatizando que “sobran Airbnb y faltan viviendas”.

No obstante, estas propuestas han generado escepticismo. La inmobiliaria Gilmar señaló en un comunicado que las medidas parecen más un “show” que una solución real, argumentando que los extranjeros que compran viviendas en España suelen buscar propiedades que no compiten directamente con la oferta que necesita el mercado local.

Por su parte, Ángel Muñiz considera que los efectos de estas políticas podrían tardar en notarse, especialmente en la compraventa de inmuebles. La demanda es tan alta que, a corto plazo, no veremos grandes cambios en los precios, afirma.

El plan también podría enfrentar obstáculos en el Parlamento, donde el Gobierno de Sánchez no tiene mayoría. Aunque su socio de coalición, el partido de izquierdas Sumar, respaldó las propuestas, considera que son insuficientes. “Queremos ir más allá”, afirmó el ministro de Cultura y alto cargo de Sumar, Ernest Urtasun.

Mientras tanto, el Gobierno ha anunciado la creación de un organismo público encargado de gestionar 3.300 viviendas y más de dos millones de metros cuadrados de terreno destinado a la construcción de nuevas viviendas, como parte de sus esfuerzos para aumentar la oferta habitacional.

La crisis de vivienda en España sigue siendo un tema urgente, con soluciones que aún están por probar su eficacia en un mercado marcado por profundas desigualdades y una creciente presión social.

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