¿Calidad o cantidad? Las reformas impulsadas por Morena y sus aliadosEricks Webs DesignEricks Webs Design

En dos meses y medio, el Congreso de México aprobó 18 reformas constitucionales. De ellas, 16 fueron propuestas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, incluida la modificación o creación de nuevas leyes, destacó la presidenta Claudia Sheinbaum el 13 de diciembre en su conferencia de prensa diaria.

“Y después, la igualdad sustantiva; y también el que en el caso de los amparos no haya inconstitucionalidad o que en el caso de reformas constitucionales no proceda la Ley de Amparo”, expuso la mandataria.

Es el mayor número aprobado hasta ahora en sesiones ordinarias. El primer periodo de la actual legislatura se inició el 1 de septiembre y terminó el 15 de diciembre.

La última vez que el legislativo mexicano aprobó una cantidad tan grande de reformas fue durante el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) como parte del “Pacto por México”, un acuerdo firmado en diciembre de 2012 entre el mandatario y los partidos PRI, PAN y PRD para impulsar el desarrollo económico y social del país.

Pero aún con este pacto para avanzar en cambios estructurales, solo se aprobaron 11 reformas constitucionales y diversas leyes en un periodo de dos años.

Durante esta legislatura, los partidos de oposición votaron en contra de las reformas impulsadas por Morena y aliados, excepto las dos propuestas por Sheinbaum: equidad sustantiva y reconocimiento a pueblos indígenas y afromexicanos.

Una de las reformas que tuvo más rechazo de la oposición fue la judicial. PAN, PRI y Movimiento Ciudadano presentaron acciones de inconstitucionalidad contra la reforma para evitar su aplicación. Recursos que la Suprema Corte desechó.

Rogelio Rodríguez Garduño, doctor en derecho por la UNAM, destaca que estas reformas “en su mayoría estructurales, son inusitadas en su magnitud y se han procesado con una velocidad extraordinaria”. Entre los cambios de mayor calado, Rodríguez citó la reforma al Poder Judicial y la del artículo 2 constitucional que confiere mayor autonomía a las comunidades indígenas.

“Ha sido muy rápida y podrían seguir siendo muy rápidas porque no requieren más que contar estas mayorías (legislativas) que ya lograron para hacer todas las reformas”, asegura Rodríguez.

Alejandra López Martínez, quien tiene una maestría en Política por la Universidad de Nueva York, coincide en que la cantidad de reformas es notable, pero destaca un factor en particular.

“Este Gobierno ha buscado revertir reformas estructurales de administraciones anteriores, como la educativa y la energética. Tener una mayoría calificada, algo que no había sucedido en más de 24 años, les ha permitido avanzar a un ritmo sin precedentes”, dice.

El último Gobierno que tuvo mayoría en el Congreso fue el del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), con un legislativo a su favor los primeros tres años de su Gobierno. A partir de 1997, el partido del presidente no había logrado tener la mayoría necesaria para hacer cambios constitucionales sin necesidad de alianzas.

Rodríguez Garduño, también maestro en Derecho procesal, recuerda casos emblemáticos como la reforma para que la Guardia Nacional, un cuerpo civil, pase a manos de la Secretaría de la Defensa, un cuerpo militar. Eso quedó listo en menos de ocho días.

“Este cambio fue trascendental, ya que transformó el Estado mexicano en cuanto al manejo de la seguridad pública, una decisión política fundamental que no se había alterado en más de 150 años”, explica.

¿Se ha comprometido la calidad con esta rapidez? Para responder a esto, Rodríguez Garduño dividió las modificaciones en dos categorías: las de gran calado y las que considera intrascendentes.

“Hay cambios estructurales, como el aumento del salario mínimo por encima de la inflación, que muestran un proceso legislativo complejo y sustantivo. Pero también hay reformas banales, como las relacionadas con el glifosato o los vapeadores, que parecen más un ejercicio de fuerza del grupo en el poder”, afirma.

“Habrá muchas reformas constitucionales que las piensan mejor, que las hagan con mucho más cautela y que sí consideren a otras personas y a otras partes involucradas”, explica Alejandra López Martínez; pero, en su mayoría, la justificación de estas reformas radica en que estos cambios se hacen en función de los objetivos de la “Cuarta Transformación”.

“Les da pauta para modificar la Constitución y las leyes generales a modo, entonces ellos pueden prácticamente hacer lo que quieran. Lo que están haciendo es modificar la Constitución para que sea más favorable para el tipo de gestión que ellos creen que es la adecuada”.

López Martínez agrega que tal celeridad abona a la gobernabilidad, pero no a la diversidad, pues el hecho de que puedan aprobarse en una semana sin un freno legislativo limita la inclusión de voces diversas. Sin embargo, también ha permitido, a su juicio, una gobernabilidad efectiva al evitar los estancamientos que caracterizaron administraciones pasadas.

“La presidenta Claudia Sheinbaum puede hacer (las reformas) sin ningún miramiento y eso claramente, no abona la diversidad (…) está fomentando la gobernabilidad y acelerando muchísimo esta parte de los cambios que pretende hacer la presidenta”, dice López Martínez.

Pero alerta que “es importante que se consideren a las a todas las partes involucradas, pero dependerá mucho de la reforma en cuestión de lo que se toman en cuenta o no”.

Esta falta de inclusión de opiniones ha alcanzado al debate legislativo.

Rodríguez Garduño explica que durante los maratónicos debates de algunas reformas, el partido oficialista Morena y sus aliados cumplen con el requisito de escuchar las reservas de la oposición, pero rara vez se aceptan.

“Es una muestra del poderío del partido y de sus grupos aliados. A esos artículos reservados simplemente se les da lectura, se cubre con el trámite, alguna de las que ha sido tomada viene de Morena, porque han advertido errores”, advierte el académico de la UNAM.

Alejandra López comenta que la mayoría “no puede negarse a escuchar, aunque la oposición sea una minoría y no tenga la fuerza para siquiera bloquear esas reformas”. Mantener el proceso legislativo ayuda a mantener el orden dentro de la Cámara de Diputados, afirma.

Ambos analistas coinciden en que las reformas seguirán siendo una herramienta clave para el actual Gobierno.

López Martínez señala que pronto podremos conocer la verdadera influencia de Claudia Sheinbaum dentro de Morena, ya que las reformas del plan que se aprobaron casi por completo en la nueva legislatura fueron heredadas de la administración anterior. Según la especialista, las próximas iniciativas mostrarán realmente la agenda de la presidenta.

“Vamos a empezar a ver también, cuál es la fuerza real que tiene dentro de Morena, Claudia Sheinbaum. Vamos a empezar a ver pues realmente una negociación interna”

Para Rogelio Rodríguez Garduño, las próximas grandes reformas, parte de la agenda de la presidenta, serán la política, para reducir el número de diputados y senadores, eliminar la representación proporcional y constitucionalizar programas sociales como las becas para mujeres mayores de 60 años, fortalecer la Seguridad Pública y cambios en la disciplina fiscal.

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