Cómo Trump ha trastocado los esfuerzos del Departamento de Justicia para arrestar y procesar a agitadores del 6 de eneroEricks Webs DesignEricks Webs Design

El presidente electo Donald Trump aún no asume el cargo, pero su inminente regreso ya ha trastornado cientos de procesamientos pendientes contra sus seguidores que atacaron el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, y ha interrumpido el esfuerzo continuo por arrestar a más alborotadores.

El esfuerzo histórico de los fiscales del Departamento de Justicia y los agentes del FBI para investigar el asalto mortal al Capitolio inspirado por Trump ha llevado a más de 1.570 arrestos en casi los 50 estados, convirtiéndolo en la mayor investigación criminal en la historia de Estados Unidos. Nuevos arrestos siguen ocurriendo lentamente, cuatro años después, incluidos casos recientes contra un miembro de los Proud Boys y un alborotador que intentó apuñalar a un policía con un asta de bandera.

Pero la realidad política ya ha afectado la moral dentro de la división del Departamento de Justicia que maneja estos casos, y está obstaculizando los esfuerzos para asegurar declaraciones de culpabilidad en unos 300 casos pendientes, ya que los acusados se resisten a las negociaciones, según un funcionario federal involucrado en la extensa investigación.

Este funcionario también dijo que los investigadores han decidido usar su tiempo y recursos limitados para perseguir a los fugitivos del 6 de enero sospechosos de atacar a la Policía, lo que significa que los alborotadores de menor nivel, que irrumpieron en el Capitolio pero no contribuyeron a la violencia, probablemente nunca serán acusados ni responsabilizados.

Gran parte —si no todo— ese trabajo probablemente se deshará una vez que Trump asuma el poder a finales de este mes y cumpla su promesa de campaña de otorgar indultos presidenciales a los agitadores del Capitolio.

“A veces, se siente como reorganizar las sillas en el Titanic”, dijo el funcionario.

La gran mayoría de los casos penales federales se resuelven con acuerdos de culpabilidad, y eso ha sido cierto para los casos del 6 de enero. Hasta el mes pasado, alrededor de 1.250 de los 1.570 procesamientos por el motín en el Capitolio ya habían sido adjudicados, y el 80% terminó con una declaración de culpabilidad.

La victoria electoral de Trump esencialmente paralizó todas las negociaciones de declaración que estaban en curso de los aproximadamente 300 casos aún activos y no resueltos, dijo el funcionario.

“¿Qué abogado defensor declararía culpable a su cliente ahora mismo?”, dijo el funcionario.

Un abogado que representa a muchos de los acusados del 6 de enero dijo a CNN que la estrategia de defensa efectivamente ha cambiado. Los manifestantes están emocionados por los resultados electorales, hablan de indultos, y no están ansiosos por llegar a acuerdos con los fiscales. En cambio, buscan retrasar los procedimientos judiciales hasta que Trump asuma el cargo. Algunos acusados, incluso, han arremetido públicamente en la corte contra jueces y fiscales, al invocar la promesa de indulto de Trump.

En lugar de negociar con los fiscales, el abogado defensor dijo que muchos de los abogados del 6 de enero dedican su tiempo a averiguar cómo incluir a sus clientes en cualquier lista eventual de indultos, si Trump decide otorgar clemencia caso por caso, como dijo que hará.

Después de las elecciones, el FBI hizo circular una guía, en un memorando interno, en la que indica que la investigación continuaría pero se centraría en personas sospechosas de cometer delitos graves, especialmente si agredieron a agentes de Policía, dijo el funcionario federal a CNN.

Esto es consistente con el ritmo reciente de la investigación, que ha priorizado en gran medida los casos de delitos graves. En fases anteriores, los fiscales presentaron cientos de casos solo por delitos menores contra personas que irrumpieron en el Capitolio pero nunca atacaron a nadie ni rompieron nada.

Como resultado de esta guía, muchos de los casos de allanamiento ahora no serán procesados.

“De una manera muy real y práctica, los agentes y fiscales deben considerar si es el gasto de recursos correcto y si es éticamente sólido seguir adelante con un enjuiciamiento si hay una buena posibilidad de que sea frenado por el presidente”, dijo el ex subdirector del FBI Andrew McCabe, quien ahora es analista principal de aplicación de la ley de CNN.

Los arrestos siguen ocurriendo lentamente, con alrededor de una docena de nuevos casos desde las elecciones.

Recientemente, los fiscales acusaron a un hombre de Texas que supuestamente rompió las persianas de una ventana del Capitolio; a un hombre de Alabama que supuestamente intentó apuñalar a oficiales de Policía con un asta de bandera; a una mujer de Carolina del Norte que irrumpió en la galería del Senado, y a un miembro del grupo de extrema derecha Proud Boys de Nueva York, según documentos judiciales. Todos enfrentan cargos por delitos graves.

Es difícil capturar completamente el alcance de la investigación federal del 6 de enero. Cientos de funcionarios federales han estado involucrados en un exhaustivo esfuerzo de cuatro años. Es tan grande que el FBI todavía trabaja en las pistas que se presentaron días después del ataque.

Los investigadores revisaron miles de horas de imágenes de cámaras de seguridad y cámaras corporales con la esperanza de identificar individualmente a los alborotadores. Han asegurado miles de citaciones y examinado enormes cantidades de metadatos telefónicos, mensajes de texto, información de geolocalización y publicaciones en redes sociales. Y cada caso que se presenta sigue un tedioso calendario judicial.

Esta investigación es “una parte importante del trabajo de la institución”, dijo McCabe. Así que, naturalmente, con Trump listo para anular gran parte de este legado a través de indultos, la moral ha caído entre algunos funcionarios de carrera que han estado trabajando en estos casos, dijo el funcionario federal a CNN.

“Los agentes y fiscales nunca se van a hacer ricos o famosos, no se trata de tener un 401(k) al final de una carrera”, dijo McCabe. “Se trata de hacer justicia día a día. La recompensa es la satisfacción de cumplir con el juramento que hiciste, hacer algo positivo por tu país, mitigar una amenaza y defender la aplicación justa del estado de derecho”.

Aunque Trump ha dicho que planea emitir indultos desde el primer día, no ha dicho mucho sobre si también quiere cerrar la investigación del 6 de enero, lo que los expertos dicen que sería un gran abuso de poder, pero dentro de su autoridad. Aunque si sigue ese camino, podría necesitar esperar hasta que el Senado confirme a algunos de sus nombramientos para el Departamento de Justicia.

“La moral se vio afectada, pero no es como si fuéramos a detenernos, o como si nos hubiésemos debilitado”, dijo el funcionario federal de la ley a CNN. “En un maratón, te da un calambre. Eso pasa. Pero eso no significa que abandones la carrera. Lo superas y luego terminas fuerte”.

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