La guerra de Israel supuso un “peligro mortal” para las mujeres embarazadas y las niñas en Gaza, afirma Human Rights WatchEricks Webs DesignEricks Webs Design

Human Rights Watch acusó a Israel de infligir “peligros graves y a veces potencialmente mortales” a mujeres y niñas embarazadas y en posparto en Gaza, en un informe publicado este martes.

El informe de 50 páginas, “Cinco bebés en una incubadora: Violaciones de los derechos de las mujeres embarazadas en medio del ataque de Israel a Gaza”, fue publicado este martes por el grupo de defensa con sede en Estados Unidos.

El informe detalla los ataques a instalaciones médicas y trabajadores de la salud en Gaza que “perjudicaron directamente a mujeres y niñas durante el embarazo, el parto y el período posparto” y dice que la guerra aumentó el riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro, muerte fetal, hemorragia posparto y recién nacidos con bajo peso.

HRW, por sus siglas en inglés, acusó a Israel de imponer un bloqueo ilegal, una prohibición casi total del agua, los alimentos y la electricidad, el hambre como método de guerra, ataques al sistema médico y repetidos traslados forzosos, violando el derecho al seguimiento y la atención posnatal de las mujeres y niñas embarazadas y sus hijos.

Israel está “obligado a utilizar todos los recursos a su disposición para garantizar que todos los habitantes de Gaza, incluidas las mujeres embarazadas y las niñas y sus hijos, puedan disfrutar de su derecho humano a la salud”, dice el informe. “Esto incluye garantizar la plena restauración del sistema de atención sanitaria de Gaza para que todos los pacientes, incluidas las mujeres embarazadas y los bebés, tengan acceso a una atención médica de calidad”.

HRW reiteró las acusaciones de que Israel está cometiendo genocidio contra los palestinos de Gaza, algo que Israel niega rotundamente. Israel también ha sido llevado ante el máximo tribunal de la ONU, la Corte Internacional de Justicia, por acusaciones de genocidio.

CNN se comunicó con las FDI y con COGAT, la agencia de ayuda israelí, para solicitar comentarios.

En respuesta a una pregunta sobre los ataques israelíes a las instalaciones médicas y a los trabajadores de la salud en Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) repitieron las acusaciones de que Hamas utiliza hospitales para sus operaciones militares. Hamas niega que utilice los hospitales como cobertura. CNN no puede verificar de forma independiente ninguna de las dos afirmaciones.

La embestida de Israel desde los ataques del 7 de octubre liderados por Hamas ha acabado con familias enteras, diezmado el sistema médico y los suministros, generando hambruna, enfermedades y desplazamientos.

Según el Ministerio de Salud de Gaza, al menos 47.306 palestinos han muerto. De ellos, 12.316 eran mujeres y otros 808 eran bebés menores de un año, informó el 24 de enero la Oficina de Medios Gubernamentales de Gaza (GMO). Aunque la semana pasada se inició un frágil alto el fuego, los retos de supervivencia a los que se enfrentan las madres primerizas y embarazadas en el enclave siguen siendo graves.

Más de 1.054 trabajadores de la salud y profesionales médicos murieron, incluidos al menos seis pediatras y cinco obstetras-ginecólogos, dijo HRW, citando al Ministerio de Salud de Gaza.

Desde enero, se dispone de atención obstétrica y neonatal de emergencia en siete de los 18 hospitales parcialmente funcionales de Gaza, cuatro de los 11 hospitales de campaña y un centro de salud comunitario, según HRW.

La tasa de abortos espontáneos en Gaza aumentó un 300% desde el 7 de octubre de 2023, según informó en julio la Federación Internacional de Planificación Familiar. Dos mujeres palestinas dijeron a HRW que sus fetos murieron después de resultar heridos por ataques con armas explosivas que también mataron a sus parejas.

Incluso para quienes logran llegar a un centro médico, los hospitales ofrecen poco respiro. Según HRW, las mujeres pueden ser “expulsadas rápidamente” a las pocas horas de dar a luz porque el personal está desbordado por decenas de pacientes heridas por los bombardeos.

Mayas Sufyan Musa, de 25 años, dijo a CNN que cuando viajó a pie al Hospital Al-Emirati, en Rafah, para dar a luz a su hija, María, el 27 de febrero, se sorprendió al ver multitudes de palestinos desesperados que buscaban refugio.

“No tuve privacidad total ni suficiente durante el parto. Tenía mucho miedo de sangrar”, dijo Musa. “Tuve grandes dificultades para dar a luz por miedo a los bombardeos cerca del hospital.

“A mi marido le comunicaron que tenía que marcharme inmediatamente… Fue un momento muy difícil y la limpieza en el hospital era inexistente”.

En el caso de las mujeres embarazadas de Gaza, el estrés de intentar sobrevivir a los ataques, sumado a la escasez de agua y alimentos, podría debilitar el sistema inmunológico, dañar al feto y causar un parto prematuro, según HRW. El doctor Adnan Radi, médico del Hospital Al Awda, en el norte de Gaza, dijo a la agencia que la mayoría de los bebés que nacen gracias al personal tienen un peso extremadamente bajo y mueren de asfixia perinatal.

“Intentamos intubar a los bebés. A veces ha ayudado, pero el panorama es muy sombrío”, dijo el Dr. Radi en el informe de HRW, y agregó que “en el último mes recuerdo que murieron frente a mí más de seis bebés con bajo peso al nacer”.

Mientras tanto, la escasez de materiales antibacterianos puede aumentar el riesgo de sepsis, neumonía y meningitis entre los recién nacidos, dijo a CNN Maram Al Shurafa, trabajadora humanitaria de la ONG Ayuda Médica para los Palestinos (MAP) en Gaza.

En los extensos campamentos de desplazados, los padres dicen que no encuentran suficiente comida, agua potable, calor ni instalaciones sanitarias. En lugar de ello, los cuidadores recurren a alimentar a los bebés con fórmula infantil elaborada con agua sucia, lo que aumenta el riesgo de deshidratación, hepatitis A e infecciones cutáneas, según HRW.

Las mujeres embarazadas y lactantes que comparten baños en espacios llenos de gente son especialmente vulnerables a infecciones, incluidas las ITU, que pueden provocar parto prematuro, bajo peso al nacer y muerte fetal, según Al Shurafa, oficial de programas de MAP.

“Las mujeres pueden sentirse incómodas o cohibidas al amamantar en esas condiciones”, dijo Al Shurafa. “Esta falta de privacidad puede generar estrés y ansiedad, lo que a su vez afecta la capacidad de la madre para relajarse y establecer una rutina de lactancia exitosa”.

Más de 48.000 mujeres embarazadas están experimentando inseguridad alimentaria de emergencia o catastrófica, dijo la agencia de derechos reproductivos de la ONU en diciembre.

Según Zahir Al-Wahidi, director de Sistemas de Información del Ministerio de Salud de Gaza, al menos 56 niños han muerto de hambre. Ocho bebés y recién nacidos han muerto de hipotermia, según informó en enero la agencia de la ONU para la infancia .

Musa, quien está desplazado en Deir al-Balah, en el centro de Gaza, dijo a CNN que la bebé María está desnutrida.

“La severidad y ferocidad del sufrimiento se concentraba en el desplazamiento físico”, dijo. “Tenía miedo de que estuviéramos expuestos a bombardeos directos o fragmentos de misiles, y a la lluvia, el frío y la inundación de las tiendas”.

Israa Mazen Diab al-Ghul, de 30 años, una mujer embarazada desplazada en Nuseirat, en el centro de Gaza, dijo a HRW que a principios de 2024, ella y sus familiares no tuvieron nada para beber excepto agua de mar durante dos días. “Vomité y me preocupaba que matara al bebé… Empecé a rogarle a Dios que se llevara al bebé, para no tener que dar a luz durante esta guerra”.

Las interrupciones de las comunicaciones impiden el acceso de las mujeres a líneas directas e información en línea, mientras que los cortes de electricidad interrumpen la realización de ecografías y análisis de sangre y orina, afirmó HRW.

Una paciente de cuidados prenatales desplazada en Khan Younis, al sur de Gaza, dijo a CNN que se desmayó cuando llegó al hospital Al-Awda, porque estaba muy agotada por el viaje a pie y por la falta de nutrición. No podía comprar vitaminas para aliviar sus síntomas.

“Todo escasea”, dijo Rahaf Umm Khaled, de 21 años y embarazada de cuatro meses. “Quiero que la guerra termine por completo. Quiero dar a luz a mi hijo con buena salud y quiero que regresemos a nuestros hogares sanos y salvos”.

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